25 Ago ¿Aun no sabes cómo se realiza una cata de AOVE? Nosotros te mostramos las claves de una buena cata
Muchas veces te habrás preguntado cómo se pueden distinguir
los distintos tipos de Aceite de Oliva Virgen Extra, como diferenciar la variedad con la que se han elaborado y los distintos matices que presentan. Esto se puede lograr mediante una cata de AOVE.
Para poder realizarla se han de tener en cuenta cinco cuestiones.
En primer lugar se ha de utilizar un vaso de cata, que se caracteriza por tener una base ancha, que favorece la concentración
de olores en la boca. A lo que hay que sumarle el denominado vidrio de reloj.
Esta es una pieza de cristal de unos milímetros más ancha que la propia copa, para que pueda hacer de tapa, para impedir que los aromas del AOVE escapen antes de tiempo.
No podemos olvidar que el vaso ha de ser oscuro, para no ver el color del Aceite de Oliva Virgen Extra, ya que su tonalidad no está relacionada con la calidad.
A continuación una vez vertido el AOVE en el vaso tenemos que rodearlo con las manos durante unos 30 segundos para atemperar el Aceite de Oliva Virgen Extra, ya que la temperatura óptima es de 28º y así podremos apreciar todas las características del aceite que vamos a catar.
Acto seguido y sin quitar el vidrio de reloj, usado para tapar el vaso, evitando así la pérdida de los aromas volátiles del
AOVE, debemos girar el recipiente siempre con movimientos circulares muy suaves.
Con ello haremos que el Aceite de Oliva Virgen Extra recubra bien las paredes del vaso y así se puedan estimular sus aromas.
Tras esto destapamos el vaso e introducimos la nariz, para poder apreciar a través del olfalto, su intensidad y las notas aromáticas que nos evoca el AOVE.
Ya por último nos queda realizar el análisis gustativo, por lo que tendremos que probar el Aceite de Oliva Virgen Extra, tomando un pequeño sorbo, para posteriormente moverlo a lo largo y ancho de la boca y acto seguido ingerirlo.
Con este último paso podremos matizar mucho mejor los atributos de intensidad que hemos percibido previamente a través del olfato, a lo que hay que sumarle que notaremos el grado de picor y de amargor del AOVE, sin olvidar su grado de intensidad y de persistencia retronasal. Es decir, el tiempo que permanecen las sensaciones en boca que nos genera tras su ingesta.